Debemos honrar a los emprendedores de la misma manera que a los soldados

La Dualidad del Emprendimiento

Nassim Taleb, en su obra «Antifrágil», aborda el papel esencial y a menudo ingrato del emprendedor en la sociedad.

Su reflexión sobre el Día del Emprendedor nos invita a reconsiderar cómo vemos el fracaso y el éxito en el contexto del emprendimiento.

En una era donde la globalización y la tecnología han cambiado el panorama económico, Taleb sugiere que debemos honrar a los emprendedores de la misma manera que a los soldados, destacando el valor de sus riesgos y sacrificios.

El Emprendimiento como Acto Heroico

Taleb comienza su reflexión destacando el heroísmo inherente al emprendimiento. Los emprendedores, al igual que los soldados, se enfrentan a grandes riesgos en su búsqueda de crecimiento económico y progreso.

Este acto de valentía no solo beneficia a los individuos, sino que es esencial para la supervivencia y el desarrollo de la economía global.

La experiencia y los conocimientos que aportan, incluso cuando fracasan, son valiosos para la sociedad.

El Conocimiento del Fracaso

Una de las ideas más poderosas que Taleb presenta es la noción de que el conocimiento obtenido del fracaso es tan valioso como el éxito.

Los emprendedores que no logran sus objetivos iniciales proporcionan a los demás un conocimiento crítico: lo que no funciona.

Este aprendizaje, aunque a menudo subvalorado, es crucial para el progreso colectivo.

Sin embargo, el reconocimiento que reciben estos emprendedores es mínimo, y sus esfuerzos frecuentemente pasan desapercibidos o son menospreciados.

papel del emprendedor
papel del emprendedor

La Ingratitud de las Masas

Taleb critica la «ingratitudo vulgi» o la ingratitud de las masas hacia los emprendedores. En la era de la globalización e Internet, esta ingratitud parece estar en aumento.

Los emprendedores que se arruinan a menudo son estigmatizados en lugar de ser respetados por sus esfuerzos y riesgos.

Esta actitud refleja una falta de comprensión de la importancia de la antifragilidad y del papel que juegan estos individuos en fortalecer la economía y la sociedad.

El Contraste con los Gerentes

Taleb hace un contraste interesante entre los emprendedores y los gerentes con mentalidad de contable. Los gerentes que ascienden en la jerarquía empresarial rara vez asumen riesgos significativos, mientras que los emprendedores constantemente se enfrentan a la posibilidad de fracaso.

Este contraste subraya la diferencia en cómo la sociedad valora la estabilidad y la aversión al riesgo frente a la innovación y la valentía.

El Exceso de Confianza: Un Doble Filo

El autor también aborda el concepto del «exceso de confianza», que los psicólogos a menudo ven como un trastorno.

Sin embargo, Taleb distingue entre la asunción de riesgos heroica, que es beneficiosa, y la asunción inmoral de riesgos que puede llevar a desastres, como el caso de Fukushima.

En el contexto del emprendimiento, este exceso de confianza puede ser positivo, ya que impulsa a los individuos a tomar riesgos que, aunque a menudo resultan en fracaso, también pueden llevar a grandes innovaciones y avances.

El Día del Emprendedor: Un Reconocimiento Necesario

La propuesta de Taleb de celebrar un Día del Emprendedor es una llamada a la acción para cambiar nuestra percepción y tratamiento de los emprendedores.

Este día serviría para reconocer los sacrificios y riesgos que asumen estos individuos por el bien común. Taleb imagina un mensaje honesto y directo:

«La mayoría de vosotros fracasaréis, seréis poco respetados, os empobreceréis, pero os agradecemos los riesgos que habéis corrido y los sacrificios que habéis hecho por el crecimiento económico del planeta y por librar a los demás de la pobreza. Os debemos nuestra antifragilidad. Y el país os lo agradece.»

Cambiando la Narrativa del Fracaso

La reflexión de Taleb nos invita a reevaluar cómo vemos el fracaso en el contexto del emprendimiento.

En lugar de estigmatizar a aquellos que no tienen éxito, deberíamos reconocer y honrar sus esfuerzos y el conocimiento que aportan.

Esta perspectiva no solo es más justa, sino que también fomenta una cultura de innovación y aprendizaje continuo.

Al celebrar el Día del Emprendedor, podemos empezar a cambiar la narrativa y valorar adecuadamente el papel crucial que estos individuos desempeñan en nuestra sociedad.

Francisco Beltrán


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