«La mentalidad de crecimiento es la llave que abre puertas que pensabas cerradas, en casa, en el colegio y en la oficina»

Fuente: Mindset Carol Dweck


Hay algo que jamás nos enseñaron: la forma en que pensamos sobre nuestras habilidades, y las de los demás, cambia el juego. Hacer. Desde el éxito hasta la motivación, pasando por esa confianza que se siente al enfrentar desafíos. Y si eres padre, profesor o líder de equipo, estás en la línea de salida para ayudar a otros a descubrir esto.

Te hablo de algo que puede sonar a “psicología de autoayuda”, pero es mucho más: es la mentalidad de crecimiento. Quizás suene un poco raro, pero sigue conmigo. Porque, en serio, te voy a mostrar cómo algo tan simple puede cambiar la forma en que tus hijos, alumnos o equipo enfrentan problemas.

¿Por Qué Importa la Forma en Que Pensamos?

Imaginate dos chavales frente a un examen difícil. Uno piensa que, si falla, es porque no es lo suficientemente listo. El otro lo ve como una oportunidad para mejorar. ¿Quién tiene más probabilidades de aprender y avanzar? Ahí está el secreto.

La mentalidad fija cree que tus habilidades son un límite: naciste así, y así te quedan. La mentalidad de crecimiento, en cambio, ve cada reto como una escalera que subes con esfuerzo y práctica. Y sí, todos podemos elegir cuál adoptar.

La mentalidad de crecimiento, en cambio, sabe que con esfuerzo y aprendizaje puedes mejorar. ¿Te suena mejor, no?

El problema de no cambiar cómo pensamos

Aquí está el meollo. Los chavales que piensan que su inteligencia está medida en una nota no se atreven a probar algo nuevo, porque “¿y si falla?”.

Pero cuando les mostramos que el esfuerzo vale más que el resultado, que equivocarse es solo una pieza del aprendizaje, algo cambia. Si pierden el miedo a fallar y se enfocan en mejorar. Ahí empieza la magia.

¡Guau! Si pierden el miedo a fallar y se enfocan en mejorar. Ahí es donde empieza la magia.

Lo Que Decimos Importa Más de Lo Que Crees

¿Sabes cuál es el verdadero cambio? Las palabras que les decimos. Olvídate del “¡Eres tan listo!”. Cada vez que lo decimos, los atamos a una etiqueta que, cuando cae, los aplasta.

Mejor intenta: “Me encanta cómo te has esforzado”. Cambia la película. Así, empezarán a entender que el éxito no depende de ser un genio, sino de trabajar duro.

Así empiezan a entender que el éxito no es cuestión de ser un genio, sino de trabajar duro.

La mentalidad de crecimiento no es solo cosa de niños

La mentalidad de crecimiento no es solo cosa de niños

No te confundas, esto no va solo de niños. En el trabajo, también importa. Un jefe que evita riesgos, que siempre quiere tener razón, estanca a su equipo.

En cambio, un líder que acepta sus errores y fomenta el aprendizaje transforma su entorno en un lugar donde cada uno quiere crecer. Cuando los empleados sienten que pueden mejorar, su trabajo mejora.

Y lo más curioso, cuando los empleados sienten que pueden mejorar, trabajan mejor.

Cambiar tu propia mentalidad

Ahora, no creas que esto es solo para los demás. ¿Cuándo te sientes más seguro? ¿Es cuando haces algo sin errores o cuando enfrentas un reto? Si es lo segundo, ¡bien! Vas por el camino de la mentalidad de crecimiento. Pero si es lo primero, toca trabajar un poco.

¿Qué Puedes Hacer Para Fomentar una Mentalidad de Crecimiento?

  1. Elogia el proceso, no el resultado . Que entiendan que el esfuerzo, la creatividad y la persistencia son lo que cuenta.
  2. No huyas de los retos . Los retos son oportunidades. Y equivocarse es parte del juego.
  3. Modela la actitud . Sé el ejemplo. Comparte tus errores y muestra cómo aprendes de ellos.
  4. Cambia el lenguaje . Usa “todavía” en cada frase. “No soy bueno en esto… todavía”.
  5. Fomenta la curiosidad . Haz preguntas, no des todas las respuestas.
  6. Establece metas que desafíen pero que se puedan alcanzar . Que tengan que esforzarse para lograrlas.

Te Comportas como el Hormigón o eres como el Bambú

Un legado para el futuro

Pregúntate esto: ¿quieres quedarte fijo como el hormigón o quieres ser como el bambú, que se dobla y crece con cada reto? Con esta mentalidad, ayudas a tus hijos, alumnos o equipo a enfrentar los problemas sin miedo ya ver cada error como una oportunidad para aprender. Así es como se construye el verdadero éxito.

Y tú serás el responsable de haber plantado esa semilla.

Francisco Beltrán Ortín

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