El rendimiento máximo se entrena. Fº Beltrán

La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento.

Transformar Obstáculos en Oportunidades: Mi Historia

Francisco Beltrán Ortín Consultor y Formador Empresarial | Psicopedagogo | Experto en Desarrollo Personal y de Equipos | Perito Judicial en el Ámbito Familiar| Entrenador personal


De Panadero a Psicopedagogo: Mi Viaje hacia el Desarrollo Personal y Profesional

Mi historia no comienza con una gran oficina o un título impresionante en la pared. De hecho, empieza de una manera mucho más humilde, detrás del mostrador de una panadería familiar, en un pueblo no muy grande donde las expectativas estaban ya escritas desde mi nacimiento.

Mi padre había fallecido cuando tenía apenas dos años y medio, dejando a mi madre sola para criarme a mí y a mis 2 hermanos. En ese contexto, no había espacio para soñar más allá de lo inmediato: sobrevivir y mantener el negocio de panadería en pie.

Desde joven, me inculcaron la idea de que los «hombres no lloran», y que trabajar duro era lo que aseguraba el sustento.

Así que a los 15 años, mi vida dio un giro abrupto: me ví obligado a dejar el instituto y comencé a trabajar a tiempo completo 60 horas a la semana en la panadería, sin tiempo para preguntarme si esa era realmente la vida que quería.

Era una rutina agobiante, llena de harina, calor y esfuerzo físico. Al principio, pensé que no había otra opción; que ese era mi destino.

Sin embargo, una pequeña voz en mi interior me decía que algo faltaba, que mi vida no estaba completa.

Pero fue a los 20 años, durante el servicio militar, cuando por primera vez tuve tiempo para pensar.

Decidí no librarme del servicio a pesar de ser hijo de viuda, porque necesitaba una salida, una pausa para reflexionar sobre lo que realmente quería hacer con mi vida.

Durante esos meses, tuve la oportunidad de ver el mundo desde una perspectiva diferente.

El tiempo fuera de la panadería me permitió ver más allá de lo que hasta ese momento consideraba «normal». Y esa fue la primera chispa de lo que sería un cambio radical.

El gran salto: Abandonar la panadería y abrir una tienda de deportes

A los 23 años, tomé una decisión que sorprendió a muchos, especialmente a mi familia: dejé la panadería. Era un negocio multimillonario, aunque yo no lo supe hasta casi los 18 años, pero simplemente no era lo que quería para mí.

Asumí un riesgo enorme, pero estaba convencido de que si seguía en ese camino, nunca sería feliz ni alcanzaría mi máximo potencial.

Fue entonces cuando Pilar, mi compañera de vida y yo, decidimos abrir una tienda de deportes. Fue un salto hacia lo desconocido, pero también el mejor paso que pude haber dado.

En ese momento, me di cuenta de que el deporte, especialmente los deportes de montaña, no solo era una pasión, sino una metáfora perfecta de la vida.

En la montaña, como en la vida, uno enfrenta desafíos constantes, pero también oportunidades para crecer y superarse.

Esa experiencia me enseñó que los límites solo existen si tú los permites, y que el crecimiento personal y profesional viene de aprender a superar esos límites.

Descubriendo mi pasión por ayudar a otros a alcanzar su máximo potencial

Mientras gestionábamos la tienda, comencé a interesarme cada vez más por la psicología detrás del rendimiento deportivo. No solo se trataba de vender zapatillas o chandals; comencé a notar cómo el deporte puede transformar vidas, tanto física como mentalmente.

Quería ayudar a las personas a mejorar no solo su rendimiento físico, sino también su bienestar emocional y mental. En ese transcurso me formé como guía de montaña con mi amigo Chimo y esta formación fue la que entonces me llevó a embarcar en un viaje académico que cambiaría mi vida.

Comencé a formarme en Educación Social, Psicopedagogía, Psicología del Deporte y Entrenamiento Deportivo, porque sabía que si quería ayudar realmente a las personas, necesitaba comprender el funcionamiento del cerebro, las emociones y el aprendizaje.

A lo largo de los años, no solo adquirí títulos, sino también la convicción de que la educación y el desarrollo personal son las claves para desbloquear el máximo potencial de una persona.

Convertirme en Maestro Nacional de Judo y Perito Judicial

El Judo ha sido otra gran influencia en mi vida. Convertirme en Maestro Nacional de Judo y Defensa Personal no fue solo un logro personal, sino una extensión de mi filosofía de vida. El judo enseña disciplina, respeto, y lo más importante, el valor de levantarse después de cada caída.

Esta enseñanza es la que intento transmitir a mis alumnos y clientes: no importa cuántas veces caigas, lo que importa es cuántas veces te levantas y sigues adelante.

Como Perito Judicial en el Ámbito Familiar, he trabajado en casos extremadamente delicados, con problemas de abandono escolar ayudando a más de 200 familias con los problemas derivados de esta situación con la Fiscalía de menores.

Mi formación en Psicopedagogía y la Educación Social me ha permitido ofrecer una perspectiva única en estos casos, ayudando a las familias a encontrar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas, especialmente a los más vulnerables.

En cada caso, mi objetivo ha sido el mismo: ayudar a las personas a superar las dificultades y a encontrar una salida constructiva a sus problemas.

La formación de equipos y el liderazgo: Claves del éxito

Uno de los aspectos más gratificantes de mi carrera ha sido formar y desarrollar equipos. He visto de primera mano cómo el trabajo en equipo puede lograr lo que muchos creen imposible. Ya sea en el ámbito empresarial, deportivo o educativo, cuando las personas se unen con un propósito común, suceden cosas increíbles.

A lo largo de mi trayectoria, he trabajado con empresas familiares, ayudándolas a superar transiciones generacionales, afrontar cambios estratégicos y mejorar la cohesión entre los trabajadores. También he colaborado con equipos deportivos y educativos, guiándolos hacia el alto rendimiento.

¿Sabías que el 80% del rendimiento de cualquier persona está relacionado con variables psicológicas? Estas variables afectan directamente su capacidad para alcanzar el éxito. Aquí es donde la psicología del deporte ha jugado un papel crucial en mi enfoque.

He implementado técnicas de psicología aplicada tanto en el mundo empresarial como en el deportivo. He ayudado a gerentes y directores a mejorar la implicación de sus colaboradores y, como resultado, la competitividad de sus empresas.

Permíteme contarte una historia que lo ilustra.

Un día, recibí una llamada de Eva, la encargada de actividades de dinamización de grupos en Aedas Home Levante. Mi amigo Fran Páez le había dado mi contacto para organizar un outdoor training con su delegación. Aceptó mi propuesta y decidimos realizar las actividades en la playa de Los Arenales del Sol.

Nos organizamos para que llegaran grupos de 10 personas cada hora, realizando diversas dinámicas. Al finalizar, cada grupo se auto-valoraba mediante un pequeño cuestionario, y les pedíamos que no comentaran nada con los compañeros que aún no habían participado.

En el último grupo llegó Juan, el gerente de zona. Seguramente había hablado con los grupos anteriores que esperaban en el restaurante para la comida. Se acercó a Eva y le preguntó: «¿De dónde ha salido este tío?». Esa frase me hizo sentir valorado y apreciado por un grupo con el que había interactuado solo media mañana.

Después de terminar la actividad, Eva se acercó y me dijo que querían que me quedara a comer con ellos. Se lo habían pasado muy bien y deseaban seguir compartiendo tiempo conmigo. Acepté encantado y les ofrecí regalarles un taller para la tarde como agradecimiento al trato recibido.

Tras una buena comida, algunos se marcharon, pero los que se quedaron vivieron una experiencia transformadora. Incluso a Juan se le saltaron las lágrimas al escuchar lo que sus colaboradores opinaban de él. Fue el broche de oro a un día que, sin duda, recordarán durante toda su vida.

Esta experiencia demuestra cómo, aplicando las técnicas adecuadas, es posible generar cambios profundos en equipos y organizaciones.


De la panadería al rendimiento máximo

Hoy ayudo a personas y organizaciones a alcanzar su máximo potencial. Y cuando te digo «máximo», hablo de esa versión de ti mismo que ni siquiera sabías que podías alcanzar.

He trabajado con empresas de renombre, ayuntamientos y organizaciones educativas, aportando herramientas prácticas y estrategias que funcionan.

¿El objetivo? Mejorar el rendimiento en todos los niveles: personal, profesional y organizacional. Y ojo, no se trata solo de alcanzar metas… se trata de entender que, sin importar de dónde vienes o los obstáculos que enfrentas, siempre puedes transformar tu vida.

¿Cómo lo sé? Porque lo he vivido en primera persona. Yo soy la prueba viviente de que no importa cuántas veces te caigas, lo importante es tener la fuerza, la convicción y las herramientas para levantarte una y otra vez. La panadería de mi familia me enseñó a luchar, a sacrificarme, y a no rendirme nunca. Si yo he podido convertir mis limitaciones en ventajas, te aseguro que tú también puedes.

Entre Amigos, Montañas y Caídas: La Filosofía de Vivir con Pasión y Levantarse Rápido

Soy de esos que disfruta de los amigos de verdad, los que están siempre y los que llegan para quedarse. Me gusta la gente de todo tipo, y conectar, charlar, escuchar y aprender de todos, porque de cada uno me llevo algo.

Mis grandes pasiones: la montaña, que es mi refugio, y un buen libro, que siempre me deja una idea en la cabeza. Y luego está el judo, mi religión, esa disciplina que me ha enseñado a caer y levantarme en un suspiro, sin perder la calma. En judo aprendes a encajar cada golpe, cada caída, y lo aplico a diario. Es más que un deporte: es una filosofía de vida.

Creo en una educación que se abre a todos, en comunidad, en una sociedad que se atreve a probar, a fallar, a aprender. Porque eso es lo que nos hace crecer. Y si hablamos de algo que de verdad me llena, son esas comidas con amigos, de las que se alargan y acaban en charlas profundas, carcajadas, ideas nuevas. Esas tertulias donde el tiempo vuela y sales con la sensación de que acabas de vivir algo bueno, algo auténtico.

Y ahora probablemente te estés preguntando…

  1. ¿Cuánto cuesta el programa?
    No es barato, y no lo va a ser. Pero si buscas resultados reales, vale cada euro que inviertes. Lo que te ofrezco no es un coste, es una inversión.
  2. ¿Es para mí este programa?
    Si estás listo para dejarte la piel y trabajar duro, entonces sí, este programa es para ti. Si buscas soluciones mágicas, no sigas leyendo.
  3. ¿Funcionará para mí?
    Si te comprometes al 100%, te lo garantizo. Mi programa no falla si tú no fallas. Pero, si no estás dispuesto a esforzarte, no voy a engañarte: no funcionará.
  4. ¿Qué nivel de compromiso se espera?
    El máximo. No acepto nada menos. Si no estás dispuesto a dar todo de ti, este programa no es para ti.
  5. ¿Y si no me comprometo?
    Entonces te voy a ser claro: no pierdas ni tu tiempo ni tu dinero. Aquí buscamos resultados, no excusas.

Si estás dispuesto a transformar tu vida, aquí estoy para guiarte. Y si no, no pasa nada. Volveremos a cruzarnos cuando estés listo.

Francisco Beltrán Ortín

Déjame tus datos y descubramos si estamos hechos para trabajar juntos